Atrapada.

Pues, me quedé encerrada en la cabina electoral. No es broma. No había salida. Descorría la cortina y me encontraba con una enorme oscuridad, de la que era imposible salir. Como un enorme muro negro. Asi que, desistí finalmente y comprobé que otros sí podían abrir esa maldita cortina.
Se me ocurrió transformarme en uno de esos antiguos espectáculos circenses itinerantes. Cada vez que el espacio era descubierto, yo hacía lo mismo con mi gabardina. Obsequiaba al elector-a con una peculiar visión de mi desnudez.
Al fin pude salir, al grito de: "Hay que sexualizar los espacios públicos", de unas activistas del género. Sin género de dudas.
En esas y otras cuestiones, siempre me decanto por una visión particular y esteticista. ¿No es revolucionaria la belleza?. Entendamos el término fuera de cánones....y busquemos áquello que estimula los sentidos, cuestionando el orden establecido.
No creo que una reivindicación deba apostar por lo feo para impactar. Eso ya se hizo en su momento. Creo que la variedad de propuestas, serán buenas para complicarle al sistema su tarea de fagotizar y hacer norma de lo que intenta extraviarse.
Incluso un "lo hago porque me divierte", vale.
Si un discurso es totalitario...a mí ya no me vale. Por fuerza, acaba eliminando al resto para imponerse. Con lo interesante que es mezclarse, fundirse, confundirse......hoy estoy reivindicativa.
Mis saludos, camaradas. )