Desde el faro.

Soy discípula confesa del Prof. Nexus; ese mismo que siempre ejerció la docencia sobre sus tacones rojos. El me dejó su faro y toda su colección de literatura erótica. Me hizo comprender, lo vivas
que están esas - mal llamadas- lenguas muertas
.
Y un único mensaje, muy a la manera de Baudelaire: "Embriágate".
Y aquí estoy, desde la libertad y el placer.
Bienvenid@s.


sábado, 21 de noviembre de 2009

Los nombres de mi arnés.

Los juguetes sexuales son una posibilidad. Abren opciones de disfrute. Mis amigas me regalaron uno. El mejor, no esperaba menos de ellas. De procedencia alemana, piel...para no irritar la epidermis con los roces. El tamaño del dildo, el ideal; para iniciadas o inexpertas. Para no desbordar expectativas y disfrutar sin complejos. Tiene una apariencia marmórea...de ahí que haya decorado mi estantería en ocasiones, con su gallarda erectud. Entre libros de esmerada factura intelectual. Por hacer compañía contrapuntística.
El regalo llegó, cuando mantenía una relación con una mujer, de marcado caracter heterosexual - en un sentido amplio y convencional de la condición heteroide-. Esto, es muy posible y con ello, mis queridas me hicieron un guiño no exento de ironía.
Mi amante no supo conciliarse y desarrollar  una relación cómplice con el nuevo objeto. Grave error, pues es una pieza más a la que integrar en la intimidad. "Saca la cosa", me decía......así no desarrollas el cariño que el artilugio promete. La "cosa" parecía demasiado ajena. Artificial.... que lo es...pero puede ayudarte a volar.
Después, en otros brazos, las experiencias mejoraron. Por fín.
Sin ser una empedernida aficionada a semejante aparejo, reconozco que ofrece una opción nada desdeñable.
Deja las manos libres...para acariciar, pellizcar, moldear.....
Así, recuerdo esa tarde frente a el balcón, yo sentada en áquella silla. Tú sobre mí, rodeándome con las piernas. En tí.....mi pequeño regalo . Nuestras sonrisas y un abrazo sin límites.




 Fotografía cortesia del catálogo, los placeres de Lola.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Cara de ángel.

A los dos nos gustó la misma chica. Apoyados en la barra de ese bar, con esa música deliciosa que nos emborrachaba tanto como la copa que sosteníamos. La mujer "caracoleaba" a nuestro alrededor, moviendo sus caderas y levantando con los brazos su pelo, en un gesto de abandono. No paraba de reir, encantada de recibir nuestras atenciones.
Como buena madrastra, nos regaló dos relucientes calabazas. Se fué con otro sin perder ninguno de sus zapatos.
Miré a mi rival por esa noche y ambos estallamos en una risa cómplice y algo etílica. Comenzamos a charlar, admitiendo que al amparo de esa nocturnidad...casi triunfamos. Me fijo en su rostro, es condenadamente guapo. Tiene cara de niña....no, de ángel. Me gusta su piel, parece suave.
Creo que ya es demasiado tarde -o temprano- van a cerrar el local. Lo invito a venir a casa, algo poco habitual...pero, comparto piso y no me causa desconfianza alguna. Con esa carita y esos oyuelos al sonreir.
En casa, nos servimos una más. Como soy mala, elijo a Barry White para que nos haga compañía.
Acomodados en mi sofá - muy envolvente- cara de angel se acerca a mi boca. Pienso que está demasiado "hambriento" y le enseño a comerme despacio. A saborearme. Le gusta y su pantalón me indica que se alegra de haber venido. Le digo que tiene una piel deliciosa, tersa como una adolescente.
Tengo una idea...., espero que se deje. Por suerte, no está para oponer muchas resistencias. Me ausento unos minutos, para regresar con espuma de afeitar. Despacio, le quito los pantalones...le pido que nos haga un cigarro de maría. Mis manos llenas de espuma, acarician esas piernas fuertes y musculosas....él no para de sonreir. Con la cuchilla entre mis dedos , comienzo a quitar ese vello suave. Parece algo asustado, cuando me acerco a su descarada erección...pero le gusta.
Concluida la delicada tarea, dejo resbalar aceite que mis yemas extienden en un movimiento aplicado. Lo miro. Tengo algo para él. Tomo mis medias negras y se las pongo, ascendiendo hacia sus muslos.
Ahora, estás muy "guapa" cara de ángel. Piernas de guerrero enfundadas en seda. Me pregunta qué opino de su miembro. Me echo a reir mientras disfruto una calada que me ofrece. Espera....te mostraré algo. Cojo mi arnés del dormitorio- es de calidad superior, piel negra- y me lo pongo.
Me muestro semidesnuda con la arrogancia que me proporciona mi curioso juguete.
Carcajadas. "Parecemos dos jedis de las galaxias...pero armados de otro modo".
Me llevo a cara de ángel a mi cuarto. Caemos rendidos entre las sábanas, nos hacemos caricias...pero viene el sueño y nos pilla así: cautivos y armados....


Erotófila.


Investigo otras fuentes, en el ámbito del disfrute de los 5 sentidos. Pensando en mi enfoque de este espacio, persiste esa adhesión a lo sensual , a la insinuación....a lo explícito una vez se desata el deseo. No puedo prescindir de un entorno imaginario y casual....que me va dando pistas, olores, sabores, imágenes.

Me reafirno defensora de esas recreaciones, para después, volar.
Y lo hago, abriendo mi espacio a otras sensualidades. Pasemos del armario a tu dormitorio, o al resto de la casa. Dejemos a un lado las distinciones de nuestras sexualidades -¿?- y disfrutemos.
Aunque parezco callada y poco prolífica en escrituras....pienso e investigo.
Sé que acabaré escribiendo todo áquello que mi imaginación o la experiencia, me regalen.

Hoy creo que...he dado un paso más. Un taconeo suave y discreto, en buena dirección.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Sueño de una tarde de verano.



Cosas de la imaginación que vuela.....se va de mí y vuelve.


Es media tarde. La luz se filtra por las cortinas, pintando la habitación de un naranja suave. Fuera del apartamento, en la lejania, se oyen los gritos de los niños en la piscina.
Ella sigue tendida sobre la cama, con las manos atadas y el antifaz. El helado se derrite en sus pechos -me pregunto si igual se le derrite el corazón, o debo desechar la idea- . Creo que comienza a desesperar un poco.
Hablo por el teléfono en un idioma que desconoce. "¿Qué haces?", me pregunta.
No contesto. A los 5 minutos llaman a la puerta. Entra una mujer que ella no puede ver; hablamos, muy bajito, en alemán. La amante se inquieta, creo que empieza a enfadarse. No le apetece una tercera persona, que la vea así, tan expuesta. Me insulta, quiere que la desate y se quiere marchar.
Me acerco despacio a su oido. Le explico que nuestra invitada es alemana -Erika- no entiende una palabra de castellano y es la masajista del Spa de enfrente de los apartamentos. Además......es ciega, asi que, no la ve expuesta de ningún modo. Sólo le pido, que le deje cogerle los pies.
De rodillas a los pies de la cama, toma sus plantas y comienza un suave masaje. Sus pulgares empiezan a presionar diversos puntos, noto como la tensión de ella desaparece , no así, ciertos estremecimientos de placer. Le quito el antifaz y le ruego que guarde silencio.
La masajista es tremendamente atractiva. La camiseta de tirantes blanca, resalta un dorado bronceado y unos músculos fibrosos, concentrados en subir ahora, por sus muslos.
De repente, la amante no quiere que se marche.....La desato, para que pueda subir por su espalda.
Las manos experimentadas, trabajan cada rincón de su epidermis, con movimientos firmes y delicados. Beso los labios de la amante y le digo pequeñas obscenidades, que le hacen sonreir. Con un movimiento decidido, Erika levanta su culo, apoyando sus rodillas . Comienza a acariciar sus nalgas, a pellizcarlas despacio, a llenar sus manos de esa carne firme. Sus dedos se acercan a su sexo, separan los glúteos que dejan ver un vello salpicado de gotas de flujo. Los labios rosados, deseosos. Sus caderas comienzan a moverse, invitando a esas manos que saben. Aprovecho, para ponerme debajo de la amante, dejar que su peso y su desnudez caigan sobre el mío. Ahora, ambas notamos ese movimiento. Mi pubis que busca el suyo, mientras nos besamos despacio y profundamente. Su pubis que busca esos dedos, que han alcanzado su clitoris y que, según mi movimiento, rozan el mio. Noto esos dedos moverse en su clitoris y cómo, al penetrar su sexo, la amante me muerde el labio, ahogando un pequeño grito de placer.
La habitación se llena de susurros, de gemidos y respiraciones entrecortadas. De sudor fresco y fluidos varios.
Erika me roba humedad para acariciar el ano de mi amante, que creo, se va a morir de puro placer. Cuando todo parecia llegar a su final, el pulgar entra en ese recóndito orificio y mi amante empieza a moverse con más intensidad, a apretarse más a mi cuerpo. Clitoris vagina y ano están invadidos por esos dedos de unas manos capaces de hacer música en su cuerpo. Conseguimos acompasar nuestros ritmos, hasta perdernos en un espasmo de puro y dilatado gozo. Gritos de placer que rompen la tarde de siesta.
Desfallecidas, la una sobre la otra, bañadas en sudor y flujos, recuperamos el aliento poco a poco.
Erika se despide, sonriendo; debe volver al trabajo.
La habitación, ahora en silencio.
La luz, todavía naranja, baña dos cuerpos de mujer exhaustos. Felices.

martes, 3 de noviembre de 2009

La mujer definitiva.

Tengo un amigo gay, que me hablaba hace unos días de ese "hombre definitivo". Quisé saber a qué se refería.
Lo conoció en uno de esos chats; una noche de éstas, un tanto tonta e insomne.
En un ejercicio de síntesis, llegué a la conclusión de que ese tipo de hombre tiene la siempre escasa cualidad de lo "natural". Una persona sin afectaciones, sin falsas pretensiones. Sin complicados ejercicios de vanas apariencias. Su homónima en femenino, gozaría de los mismos calificativos.

Tener la dulce sensación de un fluir tranquilo, a la par que interesante. Pensaba en las mujeres de mi vida, que por su sucesión, queda claro que han sido de cualidad "transitoria".
Pero, nada desdeñable.
Quizá en mis encuentros, me haya quedado con aspectos decisivos de cada una de ellas.
Y en la soledad de mi recóndito faro...pertrecho una criatura que sea su compendio.
Mejor que llegue por su cuenta y como una sorpresa.

O tendré que quedarme esperando...ese rayo revitalizador.