Desde el faro.

Soy discípula confesa del Prof. Nexus; ese mismo que siempre ejerció la docencia sobre sus tacones rojos. El me dejó su faro y toda su colección de literatura erótica. Me hizo comprender, lo vivas
que están esas - mal llamadas- lenguas muertas
.
Y un único mensaje, muy a la manera de Baudelaire: "Embriágate".
Y aquí estoy, desde la libertad y el placer.
Bienvenid@s.


domingo, 26 de febrero de 2012

Mañana en el museo.

Somos tan elegantes. Nada en particular, pasaríamos desapercibidas para el resto. Son las formas que nos dedicamos. Las actitudes, los gestos aprendidos de niñas bien. Educadas y cultivadas, compartimos excursión a una de esas exposiciones de moda. Ocasión única y.... es cierto. Lo que no me queda claro es si, tal ocasión se refiere a la exposición o a nuestro encuentro. Cada una, a su manera, lleva la lección aprendida. Hemos leído mucho sobre lo que vamos a ver. Porque ambas sabemos, que lo que se disfruta de verdad, corresponde al "antes-durante-después". Se disfruta la expectación, el momento en sí y su recuerdo.

Te agradezco que hayas venido tan sencilla, tan poco pretenciosa. Me gustan esos "básicos" que apenas pueden disimular unos pechos que reclaman mi atención, sin quererlo. Te pienso en azul - época azul- y desvío mi mirada a otros menesteres, por los que estamos aquí. Aquí, en esta pinacoteca tan importante. Debería posponer mi tendencia a frivolizar estos temas - como si los pintores, no nos hicieran guiños al respecto-. Los zares de la Rusia imperial eran santos barones, de pensamientos etéreos y castos ...¿no?.
Nos llenamos de cuerpos, de colores, de voluptuosidad y mantenemos miradas de entomólogos...como si lo que vemos no subiese la temperatura de nuestros cuerpos. "Déjate llevar...." dice el pintor. "Toma nota" dice el erudito sesudo y concentrado.

No sé que es lo más interesante de las exposiciones. Si los cuadros, mil veces consultados. O las actitudes de quienes las visitan. Sus caras absortas, ensimismadas, ajenas a lo cotidiano por un breve espacio de tiempo.Un paréntesis cedido al gozo mal disimulado y por deferencia, intelectualizado.
Llevo un rato detrás de tí. A distancia prudente. No debería haber leído tanto sobre esta muestra. Me sé casi todo, menos el camino del éxito hacia tus caderas.

Unos cuantos cuadros más y tendré que distraer el pensamiento lascivo y urgente de querer follarte despacio y con ganas. Siempre puedo pensar que sea una forma de emular ese éxtasis barroco, tan iluminado. Tan sospechosamente cercano.

Para mi fortuna, quieres ir al baño. Nada más limpio y poco frecuentado de los asesos de los museos - pobre pareado-. Mi mirada felina se afila sobre fondo blanco. Me voy a atrever, en un abismo que quizá me regale tu rechazo. Ni lo pienso. Empujo tu cuerpo hacia el frío alicatado y mi boca tan cerca de la tuya, que te ha robado toda palabra. Cierro mis ojos y te siento entera, menuda, poderosa y casi siempre contestataria. Te beso, cálida, promiscua, nueva. No me importa que sientas el deseo en mis caderas que te atrapan. Quiero sentir ese aliento que me invite a salir de aquí.

Compro el catálogo. Nos vamos de cañas. Sonríes traviesa y no dejas de tentarme. Nos vamos a comer-nos. Sabedoras de que, esta tarde, mis nalgas serán el atril donde despacio...me expliques cada uno de esos cuadros.

Hasta que caiga la noche......)

http://youtu.be/sp3hOm_4Npo

sábado, 28 de enero de 2012

Noche cálida en Helsinki.

Frío. Eso dicen, pero hay una temperatura interior que nos guía o nos desorienta. Estoy sola, decido ir a un cine. Las opciones son escasas en un lunes frío del norte de Europa. Me decanto por una película coreana que dicen los entendidos, está bien.
En la sala, apenas seis personas. Me siento detrás de una mujer, de forma que puedo ver su perfil, atento a la proyección. Pienso cosas, muchas, inconexas, anodinas. Su perfume me llega, me llena. Me seduce de tal forma que soy incapaz de reconocerme. "No lo hagas" me digo. Por alguna razón que desconozco, voy a hacerlo.
Me acerco a su nuca y le digo: "¿Te vienes conmigo?". Ella me mira, un instante similar a la eternidad. Sonríe, asiente y ahí estamos, acompasadas por el "cranch, cranch" de una nieve perpetua, inevitable.
No sé qué decirle, me dejo llevar por Melody Gardot, en esta locura. Doy vueltas hacia mi hotel. Sé que intento retrasar lo que deseo. Estoy tensa como un arco expectante a una orden ajena.

Habitación de hotel. No enciendas la luz.
 Como en un cine, déjame soñar con algo que nada tiene que ver con esa realidad, que tantas veces pesa. Te beso el cuello. Huelo tu perfume, detrás de tí. Cierro mis ojos y son mis manos las que te hablan. Te llevaré, donde queramos, en esta noche fría y con nieve alrededor.
Estoy nerviosa, necesito fumar. Salimos al balcón, enfundadas en estos abrigos que sólo son un interrogante del deseo. Vemos el paisaje níveo; un conejo nos mira con descaro y sigue su curso en busca de una zanahoria que guarda una promesa de utopía. Sonrío, pero no puedo mirarte.
Porque ahora mismo, mientras apuro mi dosis de nicotina, estoy pensando en tu cuerpo blanco. En tu sexo sonrosado, erecto, decidido y valiente. Pienso en una humedad que me hará enloquecer; en tu voz un poco ronca. En tu descaro, en tu desidia, en tu indolencia reclamando mi fuego, que apenas puedo disimular.
La noche promete una madrugada de dedos rosados en la nieve. Te miro y te digo, apenas.....con alma vampira y atemporal: "Déjame entrar.....".
































"Dejame entrar.......".

lunes, 26 de julio de 2010

El primer momento del día.

Aurora, la de los dedos rosados, me saluda con timidez. Despunta el día con sigilo, sin alterar el silencio de la casa. Despierta, deslizo mi desnudez hacia la terraza y dejo que los primeros rayos deshagan sueños que no recordaré. Por la humedad fresca de mis muslos, han debido de ser húmedos....una pena no poder recrearlos. Pero para eso, puedo imaginarlos.....una y otra vez. Sin duda, mejorarlos....
Supongo que son las ventajas de una fabuladora sin complejos.

Aquí, conmigo: yo. Descalza y sin prendas, estiro mi cuerpo con pereza felina. Envuelta en una frescura efímera, tengo ganas de hacerlo. Un impulso y busco esos zapatos rojos de tacón que me regalaste. Me subo a ellos y me dirijo a saludar al sol. Tengo un aspecto donisiaco, para ser tan temprano.

Vuelvo mi mirada a la habitación y ahí estás, durmiendo. Sin saber que voy a reptar hacia tus caderas. Demorarme ahí, para darte unos deliciosos buenos días.

He vuelto y pienso quedarme.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Pimientos y luz. Evocaciones.

Tengo un dilema. Sé que no es ninguna novedad...pero en las últimas semanas se ha agudizado la sensación.
Desde que estoy enamorada, mis ensoñaciones tienen nombre y siempre acaban en la misma epidermis. Cargadas de emociones. Mala inversión para la aspirante a libertina, que nunca fuí.
Hasta este espacio, llegué por curiosidad y desencanto con los afectos impostados. Si todo se reduce a gimnasia..veamos qué podemos explorar. Pero las mayores acrobacias que he hecho en cuestiones deportivas, han sido sobre el tablero de ajedrez. Obstinada por salvar siempre a la reina...- "Qué no se trata de la reina...que es el rey..." me recordaban mis pacientes adversarios. "Que se te ve el plumero...."-. Añadiría que me encanta nadar y perderme en el elemento líquido...que es un modo de regresar a la génesis más genuina. Aunque ahí, a ese punto entre tus muslos...regreso con placer y me gusta demorarme.
Mi primera experiencia sexual fue de la mano del amor. Fuí carne enamorada, lista para volar. Y siempre me quedó esa huella, como una suerte de nostalgia. Después volé muchas veces, pero echaba en falta esa forma de planear y sentirme ligera, ingrávida, eterna. De perder mi nombre a fuerza de repetir el ajeno, tan cercano y dentro.
Cuando el amor se mostró esquivo, tuve la suerte de introducir el humor. A veces me han llegado imágenes de esos lances entre sábanas y se repiten mimos y carcajadas; como torrente de un saber disfrutar de la vida.
Del amor al humor. Del humor al disfrute consciente y sin complejos. De dar afecto y placer , siempre con un reconocimiento cálido de la propia autoestima. 
Pero el año que nos deja, también me legó un sabor amargo en las experiencias. Volvía a ser la "amante melancólica", consciente de disfrutar a medias. De contener y no encontrar lo que podía dar.
Llegados a este punto....se han vuelto a reunir: amor, humor  y disfrute.
Y de alguna manera, la sonrisa que llevo todo el día puesta en mi boca es impúdica y bella. Hoy soy más hermosa que ayer...pero menos que mañana.
Lo que sigo siendo es.....una mujer sensual. Atenta a esos pequeños detalles, con los que hacemos la vida más íntima y nuestra. Atrapamos los momentos en la memoría, con un sinfín de cooordenadas: olfativas, gustativas, acústicas....
Desde aquí, aprovecho para desear lo mejor en este año que comienza. Que sepamos disfrutar y exprimir la vida en cada uno de esos momentos plenos. Unicos.
Vamos a emborracharnos de belleza, de amor y disfrute.
Os dejo con unas imágenes cargadas de eso que tanto me gusta....un punto de vista inesperado.
Pimientos con una evocación- vocación, peculiar. Bello.

Un brindis.)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Arquitecturas del deseo.

He vuelto a entrar en este espacio y me he dado cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Debe ser que algunas entradas las escribo mentalmente y no las materializo. Debe ser que me he enamorado y tengo el deseo esdrújulo y con ganas de perderme en un territorio con nombre propio. Sé que esta última línea hará abrir algunos ojos - o enviar algunas condolencias...-. Asi que, mi posible potencial sensual anda enredado en ciertas evocaciones todo el día, dejando una huella de humedad palpable. Y me cuesta abrir esa intimidad....del verbo que quiere ser carne. Y de la carne que quiere volar, transitar, fundirse y confundirse. El estado de los cuerpos que no quisieran estar en ningún lugar...sino ahí , en ese momento. En fin.....sonrio.
Me observo a mi misma y debo reconocer que soy pasional - no sólo en menesteres eróticos o afectivos, en otros ámbitos también -aunque no sé si cojer este adjetivo con precaución, por lo que puede desatar en sus vaivenes.
Aparte de mi estado personal, quería hablar sobre Dark Rooms. Esos reductos conocidos como "cuartos oscuros", que suele haber en determinados locales. Sobre la última fiesta anual que se celebró sólo para mujeres - los hombres podían estar en la antesala, zona de la barra-. Ha desatado ciertas polémicas, algunas de tipo logístico - estos eventos requieren una cierta infraestructura que locales gays ya tienen- y otras, sobre la naturaleza de la propuesta. Opiniones diversas, desde "las mujeres no somos así", hasta adscripciones entusiastas de corte "voyeurístico" - por educación y respeto no deberían estar permitidas cámaras; esos móviles....-.
Creo que hay un error en el planteamiento inicial. Porque se actua por imitación y se obvían preguntas básicas: ¿Qué queremos al asomarnos a una vivencia así? .¿Cómo podemos sentirnos más cómodas?. ¿Que nos resulta seductor, deseable?...y sobre estas cuestiones, crear la arquitectura que potencie la experiencia en sí, como algo vivo. No valen las respuestas individuales aisladas, puesto que hablamos de una situación colectiva.
Hay grupos de mujeres que hacen de la manifestación de su sexualidad un elemento que rompa esquemas. Lo cual es positivo....pero....¿cómo lo proyectan hacia terceras? . Se supone que debe romper tabús, estimular...En este caso, un grupo hizo su particular "performance" en vivo y en directo. Pero, por actitud, el resto de asistentes  quedaron en mero público....así que el resultado fue un tanto frío. La decisión de participar es siempre individual, pero la atmósfera puede hacer la propuesta más apetecible.
Lo que "a priori" tiene una naturaleza mecaníca o fría....puede transformarse.
Eso dicen de la energía, que no muere, se transforma. Y para todo cambio, es necesaria energía.
En lo que a mi respecta, me reservo el derecho de sorprenderme a mi misma. Pero reconozco mi sumisión a la elegancia, el respeto y el buen gusto en la propuesta que sea.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Los nombres de mi arnés.

Los juguetes sexuales son una posibilidad. Abren opciones de disfrute. Mis amigas me regalaron uno. El mejor, no esperaba menos de ellas. De procedencia alemana, piel...para no irritar la epidermis con los roces. El tamaño del dildo, el ideal; para iniciadas o inexpertas. Para no desbordar expectativas y disfrutar sin complejos. Tiene una apariencia marmórea...de ahí que haya decorado mi estantería en ocasiones, con su gallarda erectud. Entre libros de esmerada factura intelectual. Por hacer compañía contrapuntística.
El regalo llegó, cuando mantenía una relación con una mujer, de marcado caracter heterosexual - en un sentido amplio y convencional de la condición heteroide-. Esto, es muy posible y con ello, mis queridas me hicieron un guiño no exento de ironía.
Mi amante no supo conciliarse y desarrollar  una relación cómplice con el nuevo objeto. Grave error, pues es una pieza más a la que integrar en la intimidad. "Saca la cosa", me decía......así no desarrollas el cariño que el artilugio promete. La "cosa" parecía demasiado ajena. Artificial.... que lo es...pero puede ayudarte a volar.
Después, en otros brazos, las experiencias mejoraron. Por fín.
Sin ser una empedernida aficionada a semejante aparejo, reconozco que ofrece una opción nada desdeñable.
Deja las manos libres...para acariciar, pellizcar, moldear.....
Así, recuerdo esa tarde frente a el balcón, yo sentada en áquella silla. Tú sobre mí, rodeándome con las piernas. En tí.....mi pequeño regalo . Nuestras sonrisas y un abrazo sin límites.




 Fotografía cortesia del catálogo, los placeres de Lola.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Cara de ángel.

A los dos nos gustó la misma chica. Apoyados en la barra de ese bar, con esa música deliciosa que nos emborrachaba tanto como la copa que sosteníamos. La mujer "caracoleaba" a nuestro alrededor, moviendo sus caderas y levantando con los brazos su pelo, en un gesto de abandono. No paraba de reir, encantada de recibir nuestras atenciones.
Como buena madrastra, nos regaló dos relucientes calabazas. Se fué con otro sin perder ninguno de sus zapatos.
Miré a mi rival por esa noche y ambos estallamos en una risa cómplice y algo etílica. Comenzamos a charlar, admitiendo que al amparo de esa nocturnidad...casi triunfamos. Me fijo en su rostro, es condenadamente guapo. Tiene cara de niña....no, de ángel. Me gusta su piel, parece suave.
Creo que ya es demasiado tarde -o temprano- van a cerrar el local. Lo invito a venir a casa, algo poco habitual...pero, comparto piso y no me causa desconfianza alguna. Con esa carita y esos oyuelos al sonreir.
En casa, nos servimos una más. Como soy mala, elijo a Barry White para que nos haga compañía.
Acomodados en mi sofá - muy envolvente- cara de angel se acerca a mi boca. Pienso que está demasiado "hambriento" y le enseño a comerme despacio. A saborearme. Le gusta y su pantalón me indica que se alegra de haber venido. Le digo que tiene una piel deliciosa, tersa como una adolescente.
Tengo una idea...., espero que se deje. Por suerte, no está para oponer muchas resistencias. Me ausento unos minutos, para regresar con espuma de afeitar. Despacio, le quito los pantalones...le pido que nos haga un cigarro de maría. Mis manos llenas de espuma, acarician esas piernas fuertes y musculosas....él no para de sonreir. Con la cuchilla entre mis dedos , comienzo a quitar ese vello suave. Parece algo asustado, cuando me acerco a su descarada erección...pero le gusta.
Concluida la delicada tarea, dejo resbalar aceite que mis yemas extienden en un movimiento aplicado. Lo miro. Tengo algo para él. Tomo mis medias negras y se las pongo, ascendiendo hacia sus muslos.
Ahora, estás muy "guapa" cara de ángel. Piernas de guerrero enfundadas en seda. Me pregunta qué opino de su miembro. Me echo a reir mientras disfruto una calada que me ofrece. Espera....te mostraré algo. Cojo mi arnés del dormitorio- es de calidad superior, piel negra- y me lo pongo.
Me muestro semidesnuda con la arrogancia que me proporciona mi curioso juguete.
Carcajadas. "Parecemos dos jedis de las galaxias...pero armados de otro modo".
Me llevo a cara de ángel a mi cuarto. Caemos rendidos entre las sábanas, nos hacemos caricias...pero viene el sueño y nos pilla así: cautivos y armados....