El otro día, escuchaba sin querer - el tono era alto- una conversación de venganzas y peleas con toda la artillería contemporánea. Un trasiego de sms, amenazas en el facebook , "perotúquetehascreido" como mensaje de bienvenida en el msm. "Se lo voy a decir a todos los contactos", descalificaciones foreras, amenazas de colgar etiquetadas esas fotos privadas. En fin......se me puso el vello como escarpias.
Reflexioné sobre mi uso privado y gozoso de los avances de la tecnología. Y sobre esas anécdotas que me han deparado, por ser una persona curiosa. Recuerdo cuando veía las interacciones de una amiga en la red de badoo....- yo le llamo, vudú-. Y áquella que se empeñó en enseñarnos sus generosos pechos - qué no hace falta mujer....que no...-. Y mientras innundaba la pantalla con sus dos buenas razones, me quedaba con detalles tontos - estos planos requieren un pijama de woman -secret, por lo menos; el osito de peluche del fondo no pega con lo bizarro de la situación-. El instinto exhibicionista no tiene límites. No me pregunten cómo era su cara, nunca la ví.
Otra cosa es el teléfono, apéndice de toda relación en la distancia. Para mi desdicha, he tenido alguna que otra relación lejana y cercana a la vez. Y el invento del señor Bell ha sido buen cómplice. Porque crea esa sensación de intimidad intransferible. Y una se pone tonta, cambia el tono, los silencios se hacen significativos, las risas salpimentadas y...pasa lo que pasa. Con el tiempo, aprendes a hilar fino en los detalles técnicos.....y explicas al empleado de Media- Mark que quieres ese modelo de inalámbrico que es capaz de transmitir la voz , en sus tonos más bajos. Susurros , vamos.
Sonrisas cómplices; pase por caja.
A veces te llega un sms que te descoloca. Sube el rubor a la mejilla y lamentas que el tiempo no pase más rápido. Si puedes, contestas. Y subes el tono, que no el volumen, pues llegará esa melodía de mensaje a vibrar en tu bolso....y acompañarás el sonido con esa sonrisa que pocos entienden. He oido que es posible practicar sexo en pequeño formato, a través de sms. Confieso que me gustaría leerlo como un relato.
Y ahí va una idea para una obra de teatro contemporánea. Dos personajes, dos pantallas, textos alternos, reacciones en escena. Actual, sí. ¿Alguna autora en ciernes?.
Ofrezco casa de retiro en finde , para desarrollar la idea.
Son solo ráfagas de lo que nos rodea. Pero no olvidemos que queda siempre pulsar el "off". E "Irnos de cañas, como los españoles".
Eso dice una amiga.
Reflexioné sobre mi uso privado y gozoso de los avances de la tecnología. Y sobre esas anécdotas que me han deparado, por ser una persona curiosa. Recuerdo cuando veía las interacciones de una amiga en la red de badoo....- yo le llamo, vudú-. Y áquella que se empeñó en enseñarnos sus generosos pechos - qué no hace falta mujer....que no...-. Y mientras innundaba la pantalla con sus dos buenas razones, me quedaba con detalles tontos - estos planos requieren un pijama de woman -secret, por lo menos; el osito de peluche del fondo no pega con lo bizarro de la situación-. El instinto exhibicionista no tiene límites. No me pregunten cómo era su cara, nunca la ví.
Otra cosa es el teléfono, apéndice de toda relación en la distancia. Para mi desdicha, he tenido alguna que otra relación lejana y cercana a la vez. Y el invento del señor Bell ha sido buen cómplice. Porque crea esa sensación de intimidad intransferible. Y una se pone tonta, cambia el tono, los silencios se hacen significativos, las risas salpimentadas y...pasa lo que pasa. Con el tiempo, aprendes a hilar fino en los detalles técnicos.....y explicas al empleado de Media- Mark que quieres ese modelo de inalámbrico que es capaz de transmitir la voz , en sus tonos más bajos. Susurros , vamos.
Sonrisas cómplices; pase por caja.
A veces te llega un sms que te descoloca. Sube el rubor a la mejilla y lamentas que el tiempo no pase más rápido. Si puedes, contestas. Y subes el tono, que no el volumen, pues llegará esa melodía de mensaje a vibrar en tu bolso....y acompañarás el sonido con esa sonrisa que pocos entienden. He oido que es posible practicar sexo en pequeño formato, a través de sms. Confieso que me gustaría leerlo como un relato.
Y ahí va una idea para una obra de teatro contemporánea. Dos personajes, dos pantallas, textos alternos, reacciones en escena. Actual, sí. ¿Alguna autora en ciernes?.
Ofrezco casa de retiro en finde , para desarrollar la idea.
Son solo ráfagas de lo que nos rodea. Pero no olvidemos que queda siempre pulsar el "off". E "Irnos de cañas, como los españoles".
Eso dice una amiga.
