Según puedo observar, desde aquí arriba, el tiempo nos concede unos días tranquilos. Otoño dulce tras lluvias torrenciales. La naturaleza enseña su lado salvaje y los humanos, difícilmente escondemos nuestra cara de disgusto. Pero, ese malestar tiene sobrados y variados motivos, de otro cariz.
Esto afecta a los placeres del cuerpo - por ende , a los de la mente- y sus variados divertimentos. Es extraño, pero aprecio una cierta tibieza en lo relacionado con la celebración de la carne, de su estar vivita y palpitante.
Hace unos días, fuí a una de esas necesarias - a veces, engorrosas- revisiones ginecológicas. Tras la actualización de datos y la exploración de mi cavidad, me recetó algo que califico de necesario e insólito: "Un polvo al día y deja de filosofar tanto. Más baile y menos cavilaciones"
Estoy muy de acuerdo con el diagnóstico y el tratamiento a seguir. Sin embargo, me pregunté dónde podría conseguirlo. Me imagino la cara de la farmaceútica. ¿Lo cubrirá la seguridad social?. Me imagino a mi misma, entregando la receta a la compañera de turno. Extraña danzarina, por cierto.... en lo que piensa esa mente que debo desconectar.
Cuántas cosas mejorarían con menos tibieza - que es como ternura indecisa y vacilante- y más calidez - ésta, mucho más decidida-.
Si se les ocurre alguna idea, me la comunican.
Agradecida y emocionda de antemano. )
2 comentarios:
Puf pues que toda la responsabilidad a la hora de facilitar la prescripción recaiga en “la farmacéutica” es un poco duro. Ella saldría a mas de uno al día y terminaría estresada. Pero podría hacer de “contacto”. Seleccionando enfermos con la misma prescripción . Tiene que habilitar un lugar adecuado para la correcta administración del “medicamento”, y asegurarse que la posología sea la adecuada. Siempre me han gustado las farmacias que utilizan medicina natural.
También me parece curiosa la danzarina.
Un abrazo
S.C.
¿Podría indicarme la farmacútica de contacto?
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