Azares del ciberespacio.

Estoy que no me soporto mucho. Pero me tengo que aguantar. A veces, me gustaría estar muy buena, para darme un susto en el espejo cada mañana. Y sonreir al verme con un " Ummm, encantada de verte". Mejor que no sea así...caería en un onanismo reincidente.
He compartido café en la distancia, con mi amiga Charra; espíritu bollero a la vera del Tormes. Me cuenta que las cosas andan mal, respecto a incentivos femeninos por esas tierras. Me sorprende, con el frío que hace por ahí, debería darse una natural tendencia a la confluencia corporal. Al roce de pieles.
Como no he tenido ocasión de hacer una prospección sobre el terreno, me fio de su opinión.
Siempre me dice "que me suelte el pelo". Y sé que debería, pero me da cierto miedo. Miedo me doy. Que lo mío es melena de león, aunque sea metafórica. Y soy de natural omnivora.

Ayer, enredada en lo cotidiano del msm, me pasó una cosa curiosa.
Durante un tiempo, me salía una invitación para agregar a alguien. De forma automática, accedí. Allí estaba ella, hablándome. Lo curioso es que ambas admitimos nuestro desconocimiento por la otra y la natural curiosidad. Tras hacer un repaso de los lugares canallas que a veces frecuentamos...llegué a la conclusión de que debe ser una de esas mujeres que aliñan la noche. Divertida, decidida, abierta, seductora. Lo que yo llamo: sexy. De otro modo...dudo que tuviese mi dirección de correo. Soy selectiva.
Quiso verme por cam.....imposible, que soy coqueta y ando desgreñada. Me preguntó si soy bisexual - lo que me indica que ella lo es- y le contesté que además de políglota - y a a veces un tanto glotona - creo que soy plurisexual. Ya que una se pone, que sea con miras amplias. No quise descubrir mis cartas; mi irredenta inclinación hacia lo femenino....ese lado oscuro según algunas de mis amigas.
Prefiero los lados oscuros, a los agujeros negros.

Conclusión, que seguiremos en contacto. Porque me gusta la intriga y quiero mantener esa sensación, el mayor tiempo posible.

Y estas son las cosas que ocurren dentro de mi netbook, rodeada de cajas. En un ambiente monacal, pero siempre con una alegría marica.
De tomar las cosas con cierta ironía y savoir faire.